El enseñar esta danza me permite día a día descubrir la importancia de contar con una herramienta como es la danza del vientre para desarrollar la sensualidad natural y espontáneamente, potenciando de esta manera la magia que existe dentro de cada mujer; es una forma para reconocer nuestro cuerpo como un hermoso lugar para ser habitado plenamente, facilitando de esta manera algún proceso de sanación o bien mejorar el desempeño de nuestros diferentes roles en la vida.
Los beneficios de la danza oriental son muchos, entre ellos:
1) Armoniza las energías femeninas: desarrollar y potenciar la sensualidad.
2) Ayuda en la expresión emocional, a través de la música y los movimientos.
3) Facilita la comunicación y la pertenencia a un nuevo grupo.
4) trabajar la timidez y la relación con otros, ya que las clases se dan en un ambiente grato y de acogida.
5) Facilita la aceptación y/o reencantamiento con el propio cuerpo y de ésta
manera reforzar la autoestima.
6) Reafirma la musculatura de todo el cuerpo, especialmente la abdominal.
7) Libera tensiones y generar alegría, la que puede ser llevada a lo cotidiano y alcanzar a las personas que comparten nuestra vida.
8) Corrige malas posturas, ayuda a eliminar los dolores de la zona
lumbar, y tensión de los hombros.
9) Mejora la flexibilidad, la coordinación motriz.
10) Es un ejercicio completo y diferente, que ayuda a reencontrarse con el propio cuerpo, tantas veces olvidado o postergado.
11) Prepara para un buen embarazo y parto, fortaleciendo la musculatura pélvica.
12) Ejercita la concentración y la memoria, agudizar los sentidos de la vista y el oído.
13) Favorece la concentración como ejercicio anti estress.
14) Ayuda a conectarnos con lo más sagrado y divino que es la «fertilidad»…en todo ámbito, como lo que se renueva, germina, da frutos,
florece, renace y crece.
15) Para…. nuestra alma femenina